La necesidad de mejorar la productividad del agua

La necesidad de mejorar la productividad del agua

Foto CRS, Oscar Leiva

-Escrito por Axel Schmidt, Asesor Regional para Ciencia e Investigación Agrícola (ASA)-

“Si el siglo XX fue el siglo del nitrógeno, el siglo XXI será el siglo del agua”

En el futuro, el objetivo estratégico más importante para la agricultura centroamericana es el aumento de la productividad del agua. Es decir, que  debemos incrementar  la producción de biomasa por el volumen de lluvia utilizado. Nuestros sistemas agrícolas de secano, que dependen exclusivamente de las lluvias en primera y postrera, tendrán que hacer frente a mayores demandas de producción (dado el crecimiento poblacional y el cambio en los patrones de consumo). Sin embargo, las condiciones de la variabilidad climática agravarán no solo la disponibilidad; sino la distribución del agua a lo largo del año y su relación con los ciclos agrícolas.

El agua necesaria para el incremento de la producción de biomasa

Para alimentar a una población creciente y con mayores requerimientos dietéticos, será necesario un incremento general de la producción de biomasa. El incremento en la producción de biomasa supondrá a su vez un incremento en la necesidad de agua; puesto que existe una relación directa y bien definida entre la producción de biomasa vegetal (hojas, tallos, raíces, granos) y la evapotranspiración.

No podemos extraer más agua de los sistemas naturales, pero podemos mejorar su productividad

La evapotranspiración requerida para la producción de biomasa podría incrementarse entre el 60% y el 90% para el año 2050. Cubrir esta necesidad de agua extrayéndola de los sistemas naturales no es sostenible. De hecho, la extracción de agua de sistemas naturales para uso agrícola ya representa en la actualidad cerca del 80% del uso humano. Una extracción de agua adicional para fines agrícolas pondría a prueba los ecosistemas terrestres y acuáticos. Además, intensificaría la competencia por los recursos hídricos, ahondando la crisis hídrica.

Por estas razones, con la mejora en la productividad del agua buscamos una respuesta estratégica. En efecto, buscamos la respuesta estratégica para frenar la creciente escasez de agua y para mantener el agua que sustente los ecosistemas, y en particular la producción agrícola. En definitiva, mejorar la productividad del agua podría satisfacer la creciente demanda; ya provenga de las ciudades, la industria, el agua potable o los requisitos de las generadoras de energía hídrica.

¿Cómo aumentamos la productividad del agua?

La buena noticia es que existe un considerable potencial para aumentar la productividad del agua en Centroamérica. A través de buenas prácticas para el manejo del suelo, el manejo de nutrientes y el manejo de pasturas y ganadería, es posible que aumente la infiltración de lluvia y que mejore la retención de agua. Se puede evitar la evaporación ineficiente y su pérdida improductiva de agua; al tiempo que se maximice la transpiración de los cultivos para mejorar la producción y el rendimiento de biomasa.

El enfoque del “Agua Verde” (el nuevo desafío de la década frente al agua azul) provee el marco teórico para la implementación de prácticas que favorezcan el uso eficiente del agua. El uso eficiente del agua no solo aliviaría los impactos negativos del cambio climático sobre la cantidad de agua disponible; sino que facilitará la percolación de agua en los acuíferos, regulando los flujos de agua subterránea (temporal y espacialmente). Por ende, el uso eficiente del agua proveería la manera más rentable de garantizar la seguridad hídrica para las demandas rio abajo, con un enfoque de agua verde: cultivando el suelo; cosechamos agua.