La restauración de suelos en el Corredor Seco: Agua para todo el año

La restauración de suelos en el Corredor Seco: Agua para todo el año

Foto CRS

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-Escrito por  Jorge Martínez Rayo, CRS, Nicaragua- El 2 de abril de 2017, un diario de circulación nacional en Nicaragua, publicaba que el suministro de agua registraba una escasez severa en la comarca de El Mancico, ubicada en la parte más crítica del Corredor Seco del país (a unos 8 kilómetros al sur de la ciudad de Somoto, en el municipio de Madriz). Muchas familias tuvieron acceso limitado al agua, únicamente algunos días de la semana.

En esa misma zona, dentro del mismo Corredor Seco y con condiciones bastantes similares, se encuentran ubicadas las comunidades de Quebrada Arriba y Cerro Grande, a unos 10 km al este de la ciudad de Somoto. Sin embargo, en el verano de 2017, los habitantes de esta localidad de Yalagüina no tuvieron escasez de agua en este mismo periodo.

Qué es lo que marcó la diferencia

Desde 2014, CRS colabora con las comunidades de Yalagüina promoviendo el enfoque de agricultura de conservación (cobertura permanente del suelo, rotación del cultivo y mínima labranza), así como prácticas para el manejo de suelo y agua. En junio del año 2017 se contabilizaron más de 200 manzanas (140 ha) manejadas en la microcuenca de El Jicarito con el enfoque de agricultura de conservación para la restauración del suelo.

Los propios comunitarios observan que estas prácticas se han traducido en una mayor disponibilidad de agua para el consumo. De acuerdo al testimonio de Federico Cruz Tercero, en Cerro Grande “los últimos años nuestros pozos no se han secado, no hemos tenido la necesidad de hacer racionamiento de agua porque los pozos tienen suficiente agua”. Esta es la percepción de la comunidad, productores y productoras perciben también mayor humedad en sus suelos, más resilientes a la sequía. El programa ASA está trabajando desde hace dos años para levantar evidencia de que estas prácticas realmente logran aumentar la retención de humedad pese a las condiciones de la variabilidad climática. El programa Cosecha Azul acaba de lanzar una Calculadora de la que ya hemos hablado en este blog y que todavía nos dará mucho de que hablar. De hecho, nuestra intención es ir publicando artículos en este blog con los datos concretos que demuestran esta evidencia y el aumento en los rendimientos productivos.

Este resultado es motivador, si se considera que muchas comunidades de la zona rural del Corredor Seco presentan una situación muy caótica en cuanto a la disponibilidad de agua, lo que potencialmente puede desencadenar otros problemas socioeconómicos.

AGRICULTURA RESPONSABLE y AGRICULTURA DE RESTAURACIÓN: FACTORES CLAVES

Se puede afirmar que estos agricultores se han enfocado en una agricultura responsable, suspendiendo toda actividad de quema en las áreas agrícolas y potreros, restaurando sus suelos y promoviendo este enfoque con los demás agricultores. Como consecuencia, se ha incrementado la disponibilidad de agua y ha mejorado la calidad del suelo, aunque hay que reconocer que esto último deberá constatarse con más claridad en los próximos años. Uno de los productores de esta comunidad, Francisco Alvarado, sostiene que “ya no carecemos de agua, tenemos agua suficiente, para bañar, para aguar, para todo el año. Y esto es producto principalmente de las actividades para la restauración de los suelos”

En el éxito de esta iniciativa de manejo de suelos y agua ha sido determinante el recurso humano con que cuenta el proyecto, la asesoría de especialistas en metodología y agricultura de conservación, y la asistencia de los extensionistas del socio -FIDER-, con mucha experiencia en desarrollo rural y Escuelas de Campo como principal metodología para la trasferencia de conocimientos.

Sin embargo, el principal recurso humano para el éxito de este esfuerzo ha sido la actitud de los comunitarios hacia la búsqueda de soluciones para la problemática socioambiental, como la falta de agua y la degradación de los suelos.  Ellos han tomado con determinación la iniciativa de resolver sus problemas mediante la gestión comunitaria de los recursos de la comunidad.

Existen otras muchas comunidades con la misma problemática de las zonas agroecológicas del Corredor Seco: con periodos de canículas severas y veranos de más de seis meses. El Corredor Seco de Nicaragua se extiende 10.000 km2 en el centro norte de la República y representa la zona más vulnerable a la escasez de agua.  La FAO (2012) define que”…el término Corredor Seco, aunque apunta a un fenómeno climático, tiene una base ecológica: define un grupo de ecosistemas que se combinan en la ecorregión del bosque tropical seco de Centroamérica, que inicia en Chiapas, México; y, en una franja, abarca las zonas bajas de la vertiente del Pacífico y gran parte de la región central premontana (0 a 800 msnm) de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y parte de Costa Rica (hasta Guanacaste); en Honduras, además, incluye fragmentos que se aproximan a la costa Caribe…”

En Nicaragua, para difundir estas prácticas, se trabaja, de forma simultánea al trabajo directo con los productores y productoras, con tres universidades que desarrollan investigaciones, para poder generar evidencias científicas que respalden esta experiencia exitosa de manejo de suelos y agua, en estas comunidades. Las universidades participantes son la UNA (Universidad Nacional Agraria), UCATSE (Universidad Católica del Trópico Seco) y FAREM Estelí (Facultad Regional Multidisciplinaria Estelí) de la UNAN- Managua (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua).