Una crónica de pérdidas y esperanza: de la degradación a la restauración

Una crónica de pérdidas y esperanza: de la degradación a la restauración

Arón Luis Cruz, Yalagüina, en Madriz, Nicaragua. Foto CRS / Oscar Leiva

Arón Luis Cruz, Yalagüina, en Madriz, Nicaragua. Foto CRS / Oscar Leiva

-Escrito por Gaye Burpee-

Cuando los agricultores pierden la capa superior del suelo, pierden sus tierras de cultivo. Lamentablemente el 80% de los suelos agrícolas en Centroamérica están degradados y la pequeña agricultura cultiva suelos desproporcionadamente pobres. Demasiado a menudo, trabajan en laderas deforestadas por la necesidad de producir sus cultivos o cultivan sobre suelos que han sufrido anualmente la quema y la erosión de su capa fértil. La degradación de la tierra es una crisis regional que tiene devastadoras consecuencias para los medios de vida rural, que no se adaptan a los eventos climáticos extremos provocados por el cambio climático.

El barbecho, o dejar la tierra sin sembrar para recuperar los nutrientes perdidos en el cultivo, fue la manera en que generaciones de agricultores mantuvieron sus suelos fértiles después de la extracción de nutrientes para sus cultivos. Hoy en día, las parcelas de la pequeña agricultura son demasiado pequeñas para practicar el barbecho y mantener la producción de alimentos para sus familias. Como el barbecho desapareció, la materia orgánica en los suelos disminuyó y los rendimientos decayeron a un ritmo acelerado.

La buena noticia es que sabemos cómo revertir la degradación del suelo, restaurar el paisaje y aumentar la productividad. El aumento de la materia orgánica del suelo es la clave “no tan secreta”. Mayor materia orgánica aumentará los nutrientes para los cultivos y mejorará la calidad del suelo. Las plantas sanas resistirán mejor el estrés; sea este estrés provocado por enfermedad, sequía, viento, lluvia intensa o competencia de malezas y plagas. Las plantas sanas dejarán más raíces muertas, rastrojo y hojas que puedan devolver parte de la materia orgánica perdida. Los suelos con materia orgánica suficiente almacenarán durante más tiempo la humedad del suelo y, naturalmente, drenarán el exceso de agua más rápido. Sin embargo, cuando se cosecha un cultivo, gran parte de la materia orgánica se pierde con la cosecha para alimentar a los seres humanos y los animales. A menos que la pérdida sea reemplazada, con el tiempo el suelo se degrada. Mediante la combinación de cultivos de cobertura, con un uso adecuado de los fertilizantes para cubrir las deficiencias del suelo, los agricultores pueden rápidamente cambiar y empezar a restaurar sus suelos en el plazo de pocos años.